- EL ARCHIVO GENERAL DE INDIAS, en Sevilla, concentra el mayor volumen de documentos que entidad alguna en la tierra conserve sobre el "Nuevo Mundo", desde que Cristobal Colón llegara en 1.492. Mapas, crónicas, papeles religiosos, políticos, administrativos y hasta listas de pasajeros que embarcaron para allá desde el año 1.500 están allí y todo un sin fin de documentos que poco a poco se han ido clasificado desde que se fundara éste en 1.785.
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Por Héctor Sarasti
Periodista de EL COMENTARISTA
España.
La mañana del 23 de mayo de 1492, los vecinos de Palos de La Frontera, Huelva, suroeste de España, se concentraron, obligados, a las puertas de la Iglesia de San Jorge, de ese pequeño y pobre poblado en el vivían malamente de pescar y poco más. Esto a instancias del Rey de Castilla, en beneficio del que se convertiría en el primer viaje documentado al Nuevo Mundo y bajo la orden perentoria de que se 'rascaran' el bolsillo, para dar apoyo al enano ese, entrecano, que estaba junto al cura que leía, voz en cuello, la “Real Cédula” o documento oficial que entregaban, a su vez, a los representantes del pueblo.
Dad o dad... ¡escoged, bellacos!
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INSCRIPCION DE ESTE HECHO QUE hay en la Plaza de San Pedro en Palos de La Frontera, Huelva, suroeste de España.
“... Vien sabedes como por algunas cosas fechas e cometidas por vosotros en desserbicio nuestro, por los del nuestro Consejo fuistes condenados a que fuésedes obligados a nos serbir dos meses con dos carabelas armadas a vuestras propias... E agora, por quanto nos avemos mandado a Christoval Colón que vaya con tres carabelas de armada, como nuestro capitán de las dichas tres carabelas, para ciertas partes de la mar océana sobre algunas cosas que cunplen a nuestro servicio e nos queremos que llebe consigo las dichas dos carabelas con que asy nos aveis de servir...”. (30 de abril de 1493, Granada).
Traducción: “Bien saben como, por algunas cosas hechas y cometidas por ustedes en servicio de nosotros, nuestro Consejo los condenó a que fueran obligados a entregar, en dos meses, dos carabelas armadas a su propia costa, a expensas de cada uno y donde se encuentren, penado de no cumplirse y, ahora, por cuanto hemos mandado a Cristobal Colón que vaya en tres carabelas como nuestro capitán por algunas partes de esa mar oceáno, para hacer algunas cosas bajo nuestro servicio, queremos que lleve con él las mencionadas dos carabelas que nos han de dar ustedes...”.
Los habitantes, ante la cordial solicitud, y por no decir ni pío, respondieron que "sí", como quedó constando en acta.
EN ESTA PLAZA DE PALOS DE LA FRONTERA se leyó la mañana del 23 de mayo de 1.492 la Real Cédula que les exigía a los pobladores dos de las tres embarcaciones que irían al Nuevo Mundo". (Foto Exclusiva EL COMENTARISTA)
El enano, aclarado queda, era ni más ni menos que Cristobal Colón. Y ellos deberían de manifestar ese apoyo dándole dos galeras o barcos. Así que el Consejo local se vio obligado a pagar, con el poco dinero de todos los “palenqueros”, a la familia Pinto de esa ciudad para que aflojaran, sin perder el tiempo, la que sería “La Pinta” y a los hermanos Niño, la que sería “La Niña”.
La Santa María fue otra cantar...
¿Y cómo se sabe todo esto? Ah, señores, grande es la historia que escriben hombres sencillos y aún más inmensa la que se guarda a sabiendas de que algún día ha de conocerse lo chiquito de lo grande. Y eso es lo que hizo y sigue haciendo el Archivo General de Indias, de Sevilla, España, que alberga en sus entrañas 80 millones de páginas, 8 mil mapas y dibujos originales, y 43 mil legajos, todos de esa época y de varios siglos de entonces acá.
Ese archivo tiene la más amplia documentación que hay sobre el planeta de lo que fue la llegada de los españoles a esas tierras que hoy pisan un total de 900 millones de personas. Que véase como se vea, es un hecho real que dejó allá lo poco o lo mucho que había acá ...
LA HISTORIA DEL ARCHIVO
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LA ESCALERA INTERIOR DEL ARCHIVO DE INDIAS hecha en mármol de la vecina población de Jeréz de La Frontera. Una joya del diseño arquitectónico que se realizó hace varios siglos.
“Mi augusto Padre y Señor, que esté en gloria, considerando que los papeles de Indias se hallaban dispersos en muchos lugares sin la orden y distinción correspondiente a su importancia, mandó hacer un Archivo General de ellos en la Real Casa-Lonja de la ciudad de Sevilla, donde custodiados y ordenados debidamente al cargo de Archivero propio y Oficiales produjesen la mayor utilidad posible”, Preámbulo de las “Ordenanzas para el Archivo General de Indias, 1790”.
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PORTADA DE LAS ORDENANZAS que se hicieron a finales del Siglo XVIII para mejorar los destinos del Archivo General de Indias.
Así versa el inicio de las Ordenanzas que rigen los destinos de Archivo General de Indias surgido como idea en 1781, después de que el Rey Carlos III aceptara como buena la necesidad que le exponían sus vasallos de que se centralizara en un solo sitio toda la información, voluminosa y disímil, que llegaba de las “Américas” a España.
La mayoría de las veces cargada de mala manera en galeones que recorrían como mínimo los 8 mil kilómetros que hay entre los dos puntos más cercanos de los dos continentes, navegando solos o en flota. Unos “pedazoepalos con velas” o “arrume mal clavado de maderas con quilla” que chapoteaban océanos o, simplemente, naves que surcaban el mar en no menos de 20 días, si estaban de buenas y si Sanseacabó no se atravesaba en el camino y así dejar en puerto a personas, animales o cosas.
Personas tan comunes como usted o yo (sí, usted, quien lee esta crónica) que algún día se embarcaron lejos de su tierra para algún día regresar... o no...
Estas destartaladas galeras de variadas y no pocas veces malhecha construcción, llevaban lo que se recogía a pie, en mula, en carreta, en cayuco o como fuera y desde los más remotos lugares de la nueva tierra firme. Eran parte del entonces “Imperio Español”, fulgurante entre 1.560 y 1.640 porque antes o después de esas fechas 'nanay de la china' todo marchaba más que mal...
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MAPA DE ANDALUCIA. Arriba, izquierda, Sevilla. Abajo, Cádiz. Palos de La Frontera queda en límites con Portugal, arriba de Cádiz.
En general, los documentos que llegaban eran de carácter informativo (crónicas de indias); administrativo (documentos contables y del manejo de la incipiente organización ); político (relaciones con autoridades); religioso (organizaciones religiosas que allá se instalaron); judicial (líos entre unos y otros) y geográficos (planos) producidos en esas tierras en las que Colón abrió la veda para que miles de españoles emigraran, mediante el auspicio del Reino de Castilla, a buscarse la vida, de buena o de mala manera, como a resultas cuenta la historia que sucedió. Esto luego de que recibieran la autorización que era necesaria para embarcarse.
Zonas que se levantan hoy como naciones que, por hacernos a una idea, van desde la mitad de Estados Unidos hacia abajo hasta el sur continental, en el Estrecho de Magallanes (hoy de Argentina), más los dominios que España ejerció en Filipinas, Islas Marianas, Isla de Pascua e Islas Carolinas (Oceanía) en su épocas de Conquista, Colonia e Imperio.
Todas estas zonas estaban bajo la tutela de esta nación ibérica tan convulsa como sus dominios mismos que reafirmaba sus "dominios" con la expresión “Más allá del Mar” o “Plus Ultra Mare Nostrum” como rezaba, palabras más, palabras menos, la consigna que España acuñaba en sus monedas de la época y en su vida como Reino.
Quepa aquí acotar que, por no ser motivo de este relato, ni se detalla ni se opina sobre hechos sucedidos en estos periodos históricos más y mejor valorables por los analistas que pueden ver, de un lado, una invasión y, de otro, el encuentro de dos culturas. Este cronista se acoge, sin ninguna duda y menoscabo, a la máxima pueblerina aquella que afirma que “Morrocoy (tortuga) no sube palo”, enarbolada en bogotano, castizo y limpio, como “Ala, su mercé, dejémonos de vainas, mi chino, que está como de pa' rriba la cosa...”
Exactamente...sigamos...
Lo innegable es que la convergencia de estos mundos, aunque distantes, articuló una identidad dentro de la diversidad siendo el idioma español el vehículo, sin desconocer las lenguas vernáculas (joder con la palabrita...nativas) que desde antes de la llegada de Colón, u otros españoles, se hablaban en esas citadas zonas. El quechua, el guaraní, el chibcha, el maya...
ARCHIVO GENERAL DE INDIAS
EL PATIO CON LAS ELEGANTES baldosas traídas exclusivamente para er Archivo General de Indias.
Y fue ese Edificio de la antigua Lonja de Mercaderes, de la Calle Constitución, No. 3, de Sevilla, el que recibió el encargo de ser el Archivo General de Indias y alojar toda la documentación dispersa que sobre las “Indias” había. Entonces, los archivos más importantes de esa España eran tres, incluido el de Sevilla; el Archivo de Simancas y el Archivo de Cádiz. Hay que decir, que habían decenas de documentos traídos del mundo nuevo, alojados en bibliotecas particulares, castillos, monasterios, conventos, ermitas y allá donde estuviera alguien que había tenido la suerte de viajar y la no poca gracia de volver.
El Archivo de Simancas, Valladolid, al norte de España, ubicado en un castillo medieval de la ciudad que lleva ese mismo nombre, pertenecía entonces a Castilla La Vieja, hoy Comunidad de Castilla y León. Pero no podía albergar un sólo papel más. Allí los documentos estaban arrumados y se mojaban habida cuenta de que no se tenía una noción clara de lo que es hoy la ciencia de la archivística. A pesar de que, en honor a la verdad, no es menos cierto que allí se aplicaba la ciencia de “¡tiraesam...dondehayaunhueco!”, por hablar pronto y feo.
Caso similar al Archivo de Cádiz, suroeste de España, la ciudad más importante de esa época y la puerta desde y hacia los territorios de ultramar. El archivo se alojaba en una sede alquilada, que se inundaba, y por estar Cádiz al borde del mar estaba expuesta al saqueo de piratas o potencias navales. Fuera de que la ciencia que aplicaban era un poco más singular que la de Simancas como es la de preguntarsen: “¿Paraquesirvelam...depapelesesos?”
Corría el año de 1785 y los documentos de todas las colonias comenzaron a abarrotar las paredes del recinto aún no terminado. Y es que el edificio recibió una reforma para cambiarlo de su uso normal como Lonja o sitio de compra y venta de todo lo que el comercio tuviera a bien ofertar al por mayor (víveres, abarrotes y en general lo que fuera sujeto de negocio) y dejarlo como un gran archivo.
“El 31 de enero de 1786 han llegado de La Habana, en la fragata “Gaditada” 239 tablones de caoba y cedro para el Archivo y el 28 de junio de este mismo año 123 tablones de lo mismo en la fragata “San Josef” (sic)...le hemos pedido a Lara (no sé, N.P.I., quien será el pedigueño ese) que “vea la cantidad de caoba i cedro que falta para contestarle al virrei de Nueva España...”.
Lo anterior para las estanterías con las que se dotó, desde entonces, este Archivo que costó al “Reino” un ojo de la cara y las pestañas del otro, todo pagado con las exiguas finanzas reales que, sumado el haber y restado el debe, estaban más arrastradas que la capa con la que Colón descendió en las “Islas Huanabahi” o “Guanani” o “San Salvador”, hoy un cayo de las Islas Bahamas, en el que puso pie el 12 de octubre de 1492.
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ESTANTERIAS EN CAOBA con madera traída desde Cuba con ese fin en el siglo XVIII. Desde entonces se conservan intactas.
A las finas maderas traídas de Cuba, se suma el mármol de Jeréz de la Frontera que se colocó en muchas paredes del edificio, en particular la escalera que va del primero al segundo piso, los dos únicos que tiene la edificación. Todo cambió, como los arcos de punto que se hicieron, la techumbre que se sanó de goteras, algunas puertas que se clausuraron y otras que se abrieron, el patio central porticado que se reformó y que se dotó de elegantes baldosas y así todo lo demás...
Cabe decir que Jeréz es una ciudad cercana a Cádiz y a 10 minutos de El Puerto de Santa María, poblado del que tomó el nombre la tercera de las embarcaciones (“La Santa María”) al que también le “enchuflaron” una Real Cédula, que obligaba a los habitantes a 'bajarse del bus' dando a la expedición ese tercer barco. Los “portunos”, sin darse mayores mañas, compraron en el noroeste de España, Galicia, un barco de buen calado que se lo embombaron al enano de marras quien, vista la calidad de “la nao”, la asumió como suya, viajó en ella y la hizo liderar la expedición...
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EN PALOS DE LA FRONTERA, HUELVA, ANDALUCIA, ESTAN LAS REPLICAS de las 3 embarcaciones que usó Colón para la travesía. En la foto, la del Centro es "La Santa María". El par de cascarones que se ven, a la izquierda, "la Pinta" y, a la derecha, "La Niña". ¿Se atrevería a repetir ese viaje en semejantes cacharros?
...en teoría... ¿por que aún no se sabe de la grandeza de dos ilustres desconocidos en esa primera expedición, los hermanos Pinzón... algún día desempolvaremos tan injusto olvido a este par de marineros de Palos de La Frontera, expertos en la mar, y no simples acompañantes de don chaparrín...
¿No son ustedes, queridos lectores, testigos del valor del Archivo de Indias que permite citar, en rigor y con detalle, lo aconteció durante la llegada?... que no es lo mismo durante la permanencia... que no es lo mismo durante la expulsión...que no es lo mismo al sol de nuestro días...
Tiempo habrá para extendernos en ello...
EL COMENTARISTA, Héctor Sarasti, durante su visita a Sevilla, al Archivo General de Indias. Grato recuerdo que henchido el corazón deja, explayáse en un alma nacida muy lejos de estas tierras españolas pero agradecida al fin y al cabo.
En octubre de 1785 llegan a la Casa Lonja de Sevilla los primeros documentos procedentes de Simancas, pero fue 1760 que se tomó como fecha divisoria entre lo administrativo y lo histórico. Todos los papeles anteriores a ese año debían de ser remitidos al Archivo de Indias; los posteriores permanecerían a cargo de quien lo produjese.
Desde entonces, y en distintas remesas, se van incorporando los fondos de las principales instituciones indianas: el Consejo de indias, la Casa de la Contratación, los Consulados, las Secretarías de Estado y del Despacho... hasta convertir al Archivo en el principal depósito documental para el estudio de la Administración española en el Nuevo Mundo.
Hoy el Archivo General de Indias conserva más de esos legajos, instalados en ocho kilómetros lineales de estanterías, que permiten a diario profundizar en más de tres siglos de historia de todo un continente, desde Tierra de Fuego hasta el sur de los Estados Unidos, además del Extremo Oriente español, las Filipinas: la historia política y la historia social, la historia económica y la de las mentalidades, la historia de la Iglesia y la historia del arte... Los más variados temas ocupan el interés de los miles de investigadores que pasan por el Archivo: desde el descubrimiento, exploración y conquista del Nuevo Mundo, hasta la independencia; desde las instituciones políticas indianas hasta la historia de los pueblos precolombinos; desde el intercambio comercial a los problemas del tráfico marítimo; desde la expansión misionera hasta los aspectos inquisitoriales... Tantos y tantos temas en los que el Archivo General de indias va contribuyendo a lo largo del tiempo para obtener la más completa y documentada visión histórica de la Administración española del Nuevo Mundo, tal como en su momento quiso hacer el rey Carlos III, el fundador del Archivo.
HASTA LA RELACIÓN DE PASAJEROS AL NUEVO MUNDO
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UNA RECOPILACION HECHA de algunos de los viajeros al Nuevo Mundo. ¿Estará allí su ancestro querido lector?
Para aquéllos que vivan en Estados Unidos, Centro o Sudamérica, El Archivo General de Indias, almacena toda la información relacionada con América concerniente a viajes, negocios y emigrantes, puesto que Sevilla fue el punto de entrada y salida en España, desde y hacia América desde 1500 a 1800. Para aquéllos que estén buscando sus antepasados, hay dos secciones del Archivo que resultan sumamente interesantes:
La Lista de Pasajeros a Indias (Libros de asientos) conserva la lista completa de pasajeros de todos los barcos que zarparon hacia América hasta 1800. La información es muy concisa y bastante útil desde el punto de vista genealógico. Para cada pasajero se indica: "Nombre", "Lugar de nacimiento", "Nombre de sus padres", "Lugar de nacimiento de los padres" (en muchos casos), "Profesión", "Dónde piensa ir" cuando, después autorizada su partida, desembarcara en América y "Día en el que partió para América".
Igualmente hay "Informaciones y Licencias". Cada pasajero que viajaba a América tenía que solicitar una licencia y se hacía una investigación completa sobre él y su familia, para comprobar que no era un criminal, que era un “buen cristiano”. Se anota que estos registros sobre los pasajeros aún es incipiente.
BOGOTA, COLOMBIA
MAPA DEL AÑO 1.791
Zona "La Candelaría"
MAPA DE BOGOTÁ realizado en 1.791 por el europeo Domigo Esquiaqui quien levantó los planos de la ciudad, luego de consultar los originales hechos por los españoles durante la fundación de esta ciudad colombiana y hacer sus mediciones propias. Éste enumeró cada una de las manzanas, como se observa en el mapa y la relacionó con los sitios hallados: iglesias, casas, alcaldía, colegios y así lo demás. Este original se conserva en el Archivo de Indias.
BOGOTA, COLOMBIA, HOY AÑO 2.010
Zona histórica "La Candelaría"
MAPA GOOGLE ACTUAL DE BOGOTÁ en el que se ve perfectamente la demarcación que se conserva exacta a como la hicieron hace 500 años los españoles. Los cauces de los ríos que bajaban de los cerros se conservan bajo la calzada de dos importantes vías de la zona, lo que es ignorado por la mayoría de la gente.
En el Archivo de Indias se conservan 8 mil mapas, en promedio, levantados muchos de ellos por “cosmógrafos” que eran personas, militares o civiles, estudiadas en “matemáticas” y “geografía” en Universidades o instituciones de la época en España o Europa y llevadas allá con el fin de evaluar, bajo esta perspectiva, lo que se hallaba.
Estas personas no eran “simples enumeradores” sino expertos en manejo de coordenadas, análisis matemático, análisis de logaritmos, algoritmos, derivadas, calculo lineal, álgebra, construcciones... ¿¡Qué!? Sí, así como lo lee, muy a pesar de este pobre escribiente que, en su vanagloria alberga, como mayor éxito multiplicarse mentalmente la tabla del 3 sin parar y sin dar mayor suspiro... ay veee...
Y bajo este matemático ojo fue que el europeo, Teniente Militar, Domingo Esquiaqui levantó un plano de la capital de Colombia en 1.791, original que se conserva en el Archivo de Indias.
Para la época esa ciudad suramericana se circunscribía a lo que habían dejado Gonzalo Jiménez de Quesada desde su fundación el 6 de agosto del año 1.538, a expensas de un cronista y un cosmógrafo más la gente que asistió a ese acto. El crecimiento de la que hoy alberga 8 millones de almas se había detenido.
Gonzalo Jiménez ascendió desde Santa Marta, costa norte Caribe, con 500 españoles hasta un altiplano del centro de ese territorio, lugar dominado por el Cacique Bacatá. Llamó al lugar "Valle de Los Alcazares" y, al poblado fundado, "Nuestra Señora de La Esperanza". “Allí quedaron no más de 100 habitantes puesto que "hubimos de marchar nosotros, 500, a otros lugares". Posteriormente se llamaría "Santa Fe de Bacatá" y terminaría en Bogotá.
Según El Archivo General de Indias los fundadores repartieron, en la ladera de los cerros orientales de esa planicie a 2.600 metros de altura, “25 manzanas”, limitadas por el “Río Vicacha” (luego “Río San Francisco”), al norte, y el Río Manzanares (Luego “Río San Agustín”), al sur. Actualmente, los cauces de esos dos ríos indicados por los españoles permanecen debajo de dos importantes avenidas capitalinas, ocultos a los ojos del transeúnte: la Avenida Jiménez o calle 13 y la calle 7a, la que pasa, casualmente por enfrente Archivo Nacional de Colombia.
Cada una de estas manzanas en el plano original midió “380 pies” por cada uno de sus lados. Las vías principales (hoy carreras) las dejaron en “35 pies” y las secundarias (“travesías”, hoy calles) de “25 pies”. Las manzanas se repartieron en cuartos y octavos y “se asigna solar para la iglesia en el lado oriental de la Plaza Mayor situada en el centro de esta organización y con los ríos equidistantes a ella”...
...Querido lector podría llenar páginas y páginas haciéndoles este relato, pero en vista que larga faena ha sido componer lo que leyó, descompuesta como se hallaba, este su vasallo amigo considera que os debéis de dar por bien servidos...
... si no, ¡que os “piquen caña...”!
...Y recordar que...
"Memento, homo, quia pulvi es et in pulverum reverteris"... ("Recuerda, hombre, que polvo eres y polvo volverás a ser")
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