sábado, diciembre 29, 2012

HENRY HOLGUÍN: EL CRONISTA CON ALMA DE VAQUERO (PARTE I)


Los últimos momentos de uno de los grandes cronistas colombianos, fallecido recientemente en Ecuador.

Por: Héctor Sarasti
Colombia.

Sábado 7 de diciembre del 2012... Al filo de las 9 de la mañana…
...Guayaquil (Ecuador)...
Ciudadela Los Ceibos Norte, villa (casa) 309, el legendario periodista colombiano Henry Holguín Cubillos está sentado frente a su computador de mesa, de color gris y CPU al piso, en el cuarto de trabajo (“Refugio”) de la parte anterior de la imponente casa, de color verde, de techo a dos aguas, que ocupa en ese exclusivo sector porteño y que es desde hace un tiempo su hogar dulce hogar...
...
Medellín (Colombia). Sector de la Calle 80a, occidente, el periodista colombo-español, Héctor Sarasti, se encuentra de paso por esa ciudad colombiana y, sentado frente a la pantalla del computador, esboza el guión para televisión de lo que será un nota periodística que recientemente cubrió en Barranquilla… alternativamente mira su muro en la red social Facebook… cuando…
Por casualidad y, por unos instantes, sostiene el que será uno de los últimos diálogos que mantuvo en vida Holguín Cubillos, uno de sus ex jefes y compañero de crónica roja,  sobre este Valle de Lágrimas. El legendario cronista caleño, de 63 años, moriría tan solo minutos después fulminado, entre otras causas, por un infarto.

Diálogo Facebook:

8:59
Henry: muy probablemente llegue a Ecuador la próxima semana. Me comentaste que viajabas a Colombia para navidades por tierra... pues, nos devolvemos los dos... me dices si esa opción existe. Yo regresaría a Colombia antes del 24, viajo a Europa el 16 de enero.
8:59
Henry Holguin
NO VOY A VIAJAR...TE ESPERO AQÚÍ....
9:01
Bueno allá nos vemos... ‘échale más agua al caldo’...
09:02
LISTO PARCE...MI CASA ES SUYA


gracias, estemos en contacto... un abrazo y tenemos pendiente la de Blanco del Valle...
9:03
TRAIGA DE LA DE SIN AZUCAR
9:04
Hector Sarasti
Ok...espérala... un abrazo.



El diálogo desprevenido y sin mayor contenido antecedió al fallecimiento del comunicador Holguín Cubillos, entonces Editor General de Diario Extra, el periódico de mayor circulación de Ecuador, y persona que durante más de 50 años ejerció su oficio de cronista con alma, corazón y vida, al punto de que su existencia pareció más la de un 'cowboys' o  vaquero en la conquista del oeste americano que la de un periodista común y silvestre.

Singularizaron la vida de Holguín su concepto de la información y del ejercicio de la profesión. El sensacionalismo -entendido como una manera de llamar la atención del lector- fue su fuerte. Creó escuela. Pero jamás se consideró héroe en su vida diaria porque simplemente fue de lo que fue: un contador de historias y un vividor excelso de la vida. Ese era el famoso “Enano”, “El fantasma” o ” “El Verdugo”, algunos de los remoquetes con los que trascendió ante la opinión pública colombiana y ecuatoriana aunque simple y llanamente fue Holguín, el caleño aquel descendiente de los judíos aquellos que un día cualquiera de principios del siglo pasado llegaron a El Tambo (Cauca) para vender, entre otras cosas, telas. Y contribuir con una estirpe muy prolífica.

SUS ÚLTIMOS MINUTOS…

Holguín descendió la docena de escalones que hay entre la buhardilla y el patio de la mansión para luego entrar al salón comedor. Dispuso que la empleada le sirviera el desayuno en un extremo de la mesa acristalada y se sentó en la silla metálica, de cuerina y de color marrón, mientras dialogaba con uno de los dos circunstantes...
De un momento a otro, levantó los dos brazos a la altura de los hombros, en forma de “U”,  como intentando dar un manotón sobre la mesa, pero no pudo. Acto seguido, desgonzó sobre su pecho la barbilla y, así, sin mayor fórmula de juicio dejó de existir inclinando la cabeza. Las constantes vitales se ausentaban al paso de que quienes estaban en el lugar no atinaban a qué decir o qué hacer.
Hacia las 10 de la mañana apareció la aguerrida periodista y reportera de Diario Extra, Germania Salazar Ichazo, avisada de los hechos en perfecta disposición de atender el mínimo requerimiento del que fuera su jefe estuvo en el lugar de los hechos. Arribo que se simultaneó con la llegada del también periodista Napoleón Domenech. Ambos, en un intento desesperado llevaron a Henry Holguín a un centro hospitalario pero todo fue inútil.

…Emprendió el viaje al otro mundo por unas causas que el informe médico - realizada la valoración de su muerte- sustentó en estos términos:

“Lugar de fallecimiento: Domicilio. Fecha de defunción: 7/diciembre/2012. Causas de defunción: falla multiorgánica, infarto agudo del miocardio, cardiopatía isquémica y diabetes mellitus Tipo II. (Firmado). Médico Carlos Orellana. Se adjunta al presente, el Informe Estadístico de Defunción, para efectos en el Registro Civil del Lugar de Residencia, cadáver que ha sido debidamente formolizado. Funeraria: Junta de Beneficencia. Ministerio de Salud Pública. Dirección Provincial de Salud del Guayas. Departamento de Estadística”.

Por esas cosas de la vida hacía apenas pocas horas Salazar y Domenech habían estado en una capacitación que les hizo Holguín sobre crónica periodística en la zona del Cerro de Santa Ana, de Guayaquil. Una clase magistral de periodismo sensacionalista que jamás pudo ni podrá tener continuidad. El que la impartía dejó de existir y, en cumplimiento de su última voluntad, se hizo enterrar en la parroquia Salango, cantón Puerto López, en la Provincia de Manabí, Ecuador, al arrullo del mar y por cuenta de su entrañable amigo el empresario Alfonso Pinargotty Lara.

 “Moriré en Manabí, en Salango, de ser posible y escribiendo”, afirmó en su libro “DIARIO DE UN REPORTERO condenado a MUERTE”, que le publicó la Editorial Edino, de Ecuador.

Dicho y hecho.

Q.E.P.D.

Nota: En lo que atañe a mi, Héctor Sarasti, recorrí intempestivamente 1.049 kilómetros desde Medellín (Colombia) hasta Salango (Ecuador). Sin tiempo para volar viajé por tierra durante dos días intentando llegar a sus honras fúnebres. Monté en 7 buses, un taxi, un camioncito repartidor de agua y crucé la frontera colombo-ecuatoriana a la altura de Rumichaca una fría madrugada de diciembre del 2012. Nada cuento para elogiarme, ni para posar de nada. Me da y me importa un pepino la travesía. Sólo quería verlo por última vez.

Al final estuve con él, de callejero a callejero, frente a esa tumba costera runruneada por el mar pacífico en el extremo del cementerio de Salango, en el barrio Brisas del Mar...

Henry: fuiste flor de cualquier tiempo
Pero ahora el tiempo tuyo sobre esta tierra
Solo se minuteará en el reloj de nuestros corazones...

Tu amigo,

Saras.

VIDEO FUNERAL
SALANGO



SALANGO,TUMBA HENRY HOLGUIN
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