miércoles, marzo 31, 2010

ORGANOS MEDIEVALES, TESOROS DE LA HUMANIDAD


Por Héctor Sarasti

Si por curiosidad, el escribiente de estas líneas le pidiera al lector de las mismas tararear la “Tocata y Fuga en Re Menor, BWV 565” de Johan Sebastián Bach, el sorprendido interlocutor pondría cara de asombro.¿Qué? Pero, seguro, que sabría de cuál se trata apenas le dijera que es el profundo y aterrador “Tarararaaannnnnn...” de las películas de misterio, el mismo que preludia lo malo que va a ocurrir al protagonista.

¿A que sí, verdad?

El caso es que ese sonido infernal sale de las entrañas mismas de unos aparatos de viento (aerófonos), fabricados en la época medieval, que se conocen como grandes órganos musicales, tan altos como una casa de tres pisos, suntuosos y elegantes como una catedral gótica, con “más hierro que las lentejas” y que fueron construidos por verdaderos maestros musicales, que dejaron plasmadas, para la posteridad, notas musicales de tan alta calidad que difícilmente son reproducibles por otros instrumentos, incluso de la modernidad.

Y es que uno de estos es el que hay en la Iglesia Santa María, de Elche, sureste de España, y que por estos días trabaja al cien por cien, puesto que es Semana Santa y en su mayoría se construyeron para acompañar al coro de las grandes catedrales o iglesias, aunque igual los hay en uno que otro castillo, convento o ermita, en donde los dejaron montados sus constructores.

Siendo este el motivo central de este texto, les daremos una visión concreta de esta mole cuyo sonido podría equiparase al pitido de los buques cuando entran en puerto..fu..fuuuuuuuuuu...

GIGANTE MUSICAL ENCLAUSTRADO...

Un gran órgano musical es un instrumento de viento, que puede alcanzar los 15 metros de altura, compuesto de una “consola”, que es el lugar donde están los teclados, los pedales, los botones de afinación y todo lo que utiliza el que ejecuta este complejo instrumento legado desde hace siglos y de los que apenas quedan pocos, en España y Europa, debido al paso del tiempo, a la dificultad de su mantenimiento y a la introducción de otras técnicas para ambientar las misas, sobre todo, en eventos representativos como son las Semanas de Pasión.

El gran órgano tiene una gran fachada en madera, vistosamente adornada con motivos religiosos , que se conoce como “Secreto”, y es esta pieza la que sostiene los más de 100 tubos, gigantes, medianos y pequeños, que se levantan en su interior hacia el techo o se proyectan de frente para darle la sonoridad aerófona propia de estos órganos magistrales, reparados por muy pocas personas en el mundo, ya que se requiere saber profundamente de música, tocar otros instrumentos y, sobre todo, comprender hasta lo mínimo de los detalles de fabricación, fuera de que se ha de contratar otros expertos en diferentes áreas de la restauración como carpinteros y metaleros.

En resumen, un instrumento de estos es un órgano tubular que se toca con los pies y con las manos y al que se le insufla aire mediante medios mecánicos (antiguamente fuelles o calderos) o automáticos con compresores de aire (No confundir con los de pintar carros o inflar pelotas).
Los sonidos se producen cuando pasa el aire por los tubos, estos de diferentes longitudes y grosores. Y es por esta característica que se clasifica en la categoría de instrumentos de viento con teclado, misma categoría que comparte con el acordeón o la armónica.

El sonido del órgano tiene varios registros (tonos) que dependen de la forma, el tamaño, y el material de los tubos, y es el ejecutante que decide la expresividad del sonido, no apto para cardíacos ya que cuando salen sus coloridas notas, la su intensidad del registro musical emociona, hace alegrar, entristecer, euforizarse o sentir cualquier otra emoción sin que medie acto reflexivo del pensamiento.

Se maneja mediante uno o más teclados para tocar con las manos, y otro consistente en unos pedales en la parte inferior. Los distintos registros se accionan mediante unas palancas o botones al alcance de la mano de quien toca el instrumento.

A ESTE LE ENCANTA EL ORGANO...

Extracto de una entrevista realizada por la Revista alemana “Organ” a Gerhard Grenzing, (G.G.) declarado en año pasado como el mejor restaurador de órganos en el mundo.

¿Qué le motivó a usted venir a España en los años 60a ?

G.G.:Sin duda alguna fueron los órganos de este país, únicos y especiales. En aquella época y por casualidad, me habían regalado un disco LP con música ibérica en el órgano del Palacio Real de Madrid que me impresionó mucho. Entonces partí a España en viaje de descubrimiento ... Allí sentí el grito desesperado de tantos órganos abandonados: “Ayúdame por favor...!”...

¿Se siente usted más bien como un organero que va traspasando las fronteras nacionales de la Europa moderna?

G.G.: Yo me definiría como “Organero de Tubolandia”. Yo poseo un pasaporte, sin embargo, como es bien sabido, los órganos carecen de tal cosa. Yo me siento bien acogido y en casa allí donde hay (buenos) órganos que estén en condiciones de expresar algo
especial.

¿Cómo han influido los órganos históricos ibéricos en su estética personal sobre la forma de construirlos?

G.G.: Cuando uno se ocupa mucho tiempo en la restauración de un órgano antiguo, uno adquiere inevitablemente mucho de él. Este te absorbe mental y sensualmente como una esponja, aunque este proceso evidentemente no es consciente ni manejable.
La restauración de un órgano histórico todavía mas o menos auténtico es una experiencia que no se puede pagar con dinero. En cambio, el trabajo con un órgano que ya ha sido restaurado tres veces y en ocasiones sobre-restaurado, o al que una falsa restauración le ha sacrificado su alma, ya no transmite esa sensación. Yo creo que solo se puede expresar lo que uno lleva dentro. En un momento dado se empieza a expresar en las propias obras toda la riqueza de la experiencia, lo cual, de igual modo, sigue siendo un proceso inconsciente.

sábado, marzo 27, 2010

"¿VIVIRIA EN UNA CASA ROMANA?






















En cualquier parte del mundo, cuando una persona atraviesa hoy la puerta de su casa, poco piensa en el cómo hicieron los humanos de la antigüedad para arreglárselas y no padecer a cielo abierto el calvario de vivir a la intemperie. Si no se lo cuestionan – tampoco es su obligación- aquí se lo preguntamos y, gratis, se lo respondemos.

Aunque tantos modos de vida han habido como grupos humanos existido a lo largo y ancho de la tierra, se han encontrado vestigios de cómo vivían, entre otros muchos, los habitantes de Roma y de sus colonias en la época de mayor esplendor de este imperio (año I de nuestra era) cuando casi en cada rincón de Europa se vivía como Roma mandaba.

Imperio surgido en lo que hoy es Italia y parido por un pueblito agrícola, miserable, fundado por allá en el año 753 antes de Cristo a orillas del Río Tiber, a expensas de un tal Rómulo quien peló (mató) a su hermano Rémulo cuando,éste, borracho, se atrevió a borrar los surcos del arado que él había demarcado como límites de la ciudad de Roma. Un principio de organización que llevó la cultura romana a miles de kilómetros.

Y es porque tuvieron un grado de organización tal que el imperio se extendió construyendo ciudades enteras y poblados remotos en sitios de Europa casi inexpugnables. Y eso hace, más o menos, 2.000 años.... Bailame ese trompo en la uña...

Y, precisamente como testimonio de ello, están las ruinas que hablan por sí solas del por qué el dicho popular de que “todos los caminos conducen a Roma”, es tan cierto como que la palabra Municipio viene de romano “Municipium”, que era como ellos denominaban a las ciudades gobernadas con sus propias leyes y a cuyos habitantes consideraban romanos.

No en vano siempre colocaban una piedrota en las afueras del poblado que decía “Municipium” tal, el nombre del Emperador de turno y el nombre del pueblo. Por ejemplo, “Municipium Augustus Perraperdida”...

RUINAS QUE HABLAN DE ESPLENDOR

En las afueras de Elche, ciudad del sureste de España, hay un yacimiento arqueológico que deja testimoniado lo que renglones atrás se afirma, más un pequeño trozo de una cultura todavía más vieja que la romana, la íbera, aunque primordialmente se muestra lo romano del mencionado vestigio.

Y es que puede verse tal cual era una colonia romana y toda esa organización que dio grandeza a ese imperio venido a menos en el siglo IV d. de C. (año 476), cuando desapareció de la faz de la tierra en un final del cual hay varias teorías, pero que no viene al caso contarlas.

Y es el el yacimiento de L' Alcudia, en las que hay 10 hectáreas de civilización antigua, 7 de la romana, 3 de la íbera.

El diseño urbano de las ciudades o civitas romanas sigue unas pautas necesarias para el correcto funcionamiento de los servicios públicos y militares.
La ciudad está compuesta por una serie de módulos iguales, distribuidos ordenadamente -paralelos y equidistantes- y separados por calles. Entre todos forman un conjunto de diseño rectangular que está rodeado por una muralla perimetral con torres de vigilancia. Todas las calles son iguales, excepto dos: la que va del norte al sur -kardo maximus- y la que va del este al oeste -decumanus-, que son más anchas y que terminan en las únicas cuatro puertas que tiene la muralla. En el cruce de estas dos calles se ubican los edificios públicos, como el foro. 

Dentro de las ciudades, los tipos de vivienda se dividían en: casa, domus, la insula y la villa. También existieron las casae o viviendas de esclavos y clases bajas, que por sus precarios sistemas de construcción, hoy han desaparecido. Además aparecieron grandes edificios comunitarios como las basílicas, las termas y los importantes conjuntos socio culturales y religiosos llamados foros.

EL COMENTARISTA... ARRANCA...



Uno de los grandes beneficios que tiene ejercer el periodismo es ver de cerca hechos que otros testifican a través de los medios de comunicación. Así se conocen los entresijos de las personas, con sus minúsvalías o plusvalías. Sean grandes personajes o gentes tan cotidianas como cualquier hijo de vecino. En pocas palabras, buscamos el detalle, la costura al traje, sobre hechos que pasan desapercibidos. Una virtud a la que deseamos darle más valor. Todo dentro del ambiente respetuoso de echar el cuento y "dele, mijo, que el de atrás paga"...
Y en este caso "El Comentarista" lo que quiere, simplemente, es entretener, mostrando la costura, la minucia, lo curioso de lo divino y lo humano. Para hacernos a una idea lo más cercana posible de una realidad que por compleja es muy mundana y hasta vanal.

De allí que las más grande pretensión de ésta bitácora de internet sea hacerlo pasar bien, echarnos un cuento y todos tan amigos. Si lo logro, me daré por bien servido; si, no, pues aún por allí andan la sencillísima Algebra de Baldor, la edición original, en castellano antiguo, de El Quijote de La Mancha o el muy entendible libro "El Péndulo de Foucaut" para aligerarnos el camino. Muchas gracias. Yo comienzo a pedalear. Héctor Sarasti.

PARIS: ¡FELIZ AUNQUE NO PARLE FRANCES!


Por: Héctor Sarasti
RECORRER PARIS PARA un hispanohablante es tarea fácil si de lo que se trata es de ver monumentos. Los hay y de sobra. Pero, ¿Y si el asunto va de relacionarse? ¿O sea de hablar de "tu a tu"? He aquí el meollo de asunto. Vamos por ello...

ES INVIERNO, ES PARIS...

Enero. La mañana parisina de invierno se desploma gélida y solitaria sobre las personas que poco a poco se asoman al centro de esta capital, fundada en el año 250 antes de Cristo. Entonces era una aldea tribal habitada por los "parisios" que nada tenía que ver con la megaciudad que alberga hoy 11 millones de almas y recibe 26 millones de visitantes que vienen anualmente a constatar de cerca lo que les cuentan de lejos.

Con 12 horas de viaje a cuestas, el narrador desciende del tren-hotel, proveniente de España, que lo deja en la acera de la estación "Gare d'Austerlitz"(Gare: Estación)del centro de la ciudad. El personaje se estremezcla con gentes venidas de todo el mundo, dispuesto a vivir el sueño de conocer el Río Sena, el Museo de Louvre, La Torre Eiffel y todo lo que haga falta.

De lo poco sabía era que los romanos llamaron "Lutetia" a Paris en el siglo I cuando de paseo dominaron media Europa y, en lo que sería Francia, estuvieron hasta que Clodoveo, Rey de los Francos, los sacó a patadas en el siglo VI (año 508 de nuestra era) y llamó oficialmente París a París.

Entre el gentío de la estacion del tren, las prendas de vestir denunciaban el origen de sus gentes: las túnicas musulmanas, la kipá o solideo judio (el gorrito,que llevan en la cabeza); las ropas hindúes y todo una colección, variopinta, que reafirmaba la multicultularidad de Paris.

-"Cómo se dirá ¿quiero un café?, me pregunte, al paso que acercaba los pasos a un bar de la misma estación.
-"No sé", me respondí.
-"Pues me tocará oir, ver que hacen, y repetir", reflexioné.
Instantáneamente escuché detrás una voz que dijo:
-"Un café décaféiné, s'il te plaît...et un croissant".
"¿¡Cómo!?", el asombro me poseyó. ¿Qué habrá dicho este cristiano?. Esperé a que llegara el pedido y tuve la respuesta: Había pedido "Un café descafeinado, por favor, y un pan de media luna (croissant)". Remató el diálogo con un "Merci" ("Gracias").
Arreglado el entuerto, en mi costeño colombiano me dispuse a valerme con las palabras del anterior comensal.
-"Compadre deme Un café descafeiné, et un croissant". Quien me atendió se dio por enterado y procedió a darme el pedido. Pensé: "la he clavado, ya parlé francé". hasta que...
-"¿Veut-ildu sucre?", me preguntó quien me atendía.
-"Vamos, no me jodas", me cuestioné. No sabía que preguntaba.
-"No", dije.
Pagado el pedido, dado el copiado "Merci" correspondiente, me senté y tuve respuesta a mi curso acelerado de francés. Acababa de rechazar el azúcar. ("¿Veut-ildu sucre?"="¿Desea azúcar?")

Pues nada, a chiflar que la vida son dos días...

EN AUTOBUS PARIS ES MAS PARIS...
Salido de la estación, el cronista cruzó el "Pont (Puente) Charles de Gaulle" que descansa arqueado sobre el Río Sécuana o Río Sena, que no queda lejos de "Île Saint-Louis" e Île Cité", donde se supone nació esta ciudad, que centraliza todo el poder del estado francés, el mismo que detenta hoy el hijo de un inmigrante húngaro y una judia francesa: Nicolas Paul Stéphane Sarkozy de Nagy-Bocsa, por cariño y con confianza "Sarko".

Las aguas grisáceas devenían por debajo del puente llevando en sí un barco turístico. Bella estampa para una ciudad inmensa en la que miles de coches y personas se entrecruzan cuando despiertan sus calles, si es que a alguna hora duermen. Necesitaba transportarme...

-"¿Necesito un coche o una moto?" afirmé a quien atendía en Gare d' Lyon el alquiler de coches.
Sé quedó mudo de mudencia total mientras me miraba fijamente.
-"A parlé Français, Anglais, Allemand, Suédois ...mais le non Espagnol", me dijo.
-¿...? Me quedé en blanco. No entendí nada.

Reaccioné y pensé: - "Andaré en autobús, éste como que habla de todo menos español...", deducción que hice al medio comprender lo que me había indicado que parlaba francés, inglés, alemán, sueco... y yo por las puras medio cacareaba español.


Caminé hasta una parada de buses. Me monté en un autobus y recorrí feliz como una lombriz la "Ville de la Lumiére" o, lo que es lo mismo, la "Ciudad de la Luz".

Más feliz pa' onde...