sábado, marzo 27, 2010

PARIS: ¡FELIZ AUNQUE NO PARLE FRANCES!


Por: Héctor Sarasti
RECORRER PARIS PARA un hispanohablante es tarea fácil si de lo que se trata es de ver monumentos. Los hay y de sobra. Pero, ¿Y si el asunto va de relacionarse? ¿O sea de hablar de "tu a tu"? He aquí el meollo de asunto. Vamos por ello...

ES INVIERNO, ES PARIS...

Enero. La mañana parisina de invierno se desploma gélida y solitaria sobre las personas que poco a poco se asoman al centro de esta capital, fundada en el año 250 antes de Cristo. Entonces era una aldea tribal habitada por los "parisios" que nada tenía que ver con la megaciudad que alberga hoy 11 millones de almas y recibe 26 millones de visitantes que vienen anualmente a constatar de cerca lo que les cuentan de lejos.

Con 12 horas de viaje a cuestas, el narrador desciende del tren-hotel, proveniente de España, que lo deja en la acera de la estación "Gare d'Austerlitz"(Gare: Estación)del centro de la ciudad. El personaje se estremezcla con gentes venidas de todo el mundo, dispuesto a vivir el sueño de conocer el Río Sena, el Museo de Louvre, La Torre Eiffel y todo lo que haga falta.

De lo poco sabía era que los romanos llamaron "Lutetia" a Paris en el siglo I cuando de paseo dominaron media Europa y, en lo que sería Francia, estuvieron hasta que Clodoveo, Rey de los Francos, los sacó a patadas en el siglo VI (año 508 de nuestra era) y llamó oficialmente París a París.

Entre el gentío de la estacion del tren, las prendas de vestir denunciaban el origen de sus gentes: las túnicas musulmanas, la kipá o solideo judio (el gorrito,que llevan en la cabeza); las ropas hindúes y todo una colección, variopinta, que reafirmaba la multicultularidad de Paris.

-"Cómo se dirá ¿quiero un café?, me pregunte, al paso que acercaba los pasos a un bar de la misma estación.
-"No sé", me respondí.
-"Pues me tocará oir, ver que hacen, y repetir", reflexioné.
Instantáneamente escuché detrás una voz que dijo:
-"Un café décaféiné, s'il te plaît...et un croissant".
"¿¡Cómo!?", el asombro me poseyó. ¿Qué habrá dicho este cristiano?. Esperé a que llegara el pedido y tuve la respuesta: Había pedido "Un café descafeinado, por favor, y un pan de media luna (croissant)". Remató el diálogo con un "Merci" ("Gracias").
Arreglado el entuerto, en mi costeño colombiano me dispuse a valerme con las palabras del anterior comensal.
-"Compadre deme Un café descafeiné, et un croissant". Quien me atendió se dio por enterado y procedió a darme el pedido. Pensé: "la he clavado, ya parlé francé". hasta que...
-"¿Veut-ildu sucre?", me preguntó quien me atendía.
-"Vamos, no me jodas", me cuestioné. No sabía que preguntaba.
-"No", dije.
Pagado el pedido, dado el copiado "Merci" correspondiente, me senté y tuve respuesta a mi curso acelerado de francés. Acababa de rechazar el azúcar. ("¿Veut-ildu sucre?"="¿Desea azúcar?")

Pues nada, a chiflar que la vida son dos días...

EN AUTOBUS PARIS ES MAS PARIS...
Salido de la estación, el cronista cruzó el "Pont (Puente) Charles de Gaulle" que descansa arqueado sobre el Río Sécuana o Río Sena, que no queda lejos de "Île Saint-Louis" e Île Cité", donde se supone nació esta ciudad, que centraliza todo el poder del estado francés, el mismo que detenta hoy el hijo de un inmigrante húngaro y una judia francesa: Nicolas Paul Stéphane Sarkozy de Nagy-Bocsa, por cariño y con confianza "Sarko".

Las aguas grisáceas devenían por debajo del puente llevando en sí un barco turístico. Bella estampa para una ciudad inmensa en la que miles de coches y personas se entrecruzan cuando despiertan sus calles, si es que a alguna hora duermen. Necesitaba transportarme...

-"¿Necesito un coche o una moto?" afirmé a quien atendía en Gare d' Lyon el alquiler de coches.
Sé quedó mudo de mudencia total mientras me miraba fijamente.
-"A parlé Français, Anglais, Allemand, Suédois ...mais le non Espagnol", me dijo.
-¿...? Me quedé en blanco. No entendí nada.

Reaccioné y pensé: - "Andaré en autobús, éste como que habla de todo menos español...", deducción que hice al medio comprender lo que me había indicado que parlaba francés, inglés, alemán, sueco... y yo por las puras medio cacareaba español.


Caminé hasta una parada de buses. Me monté en un autobus y recorrí feliz como una lombriz la "Ville de la Lumiére" o, lo que es lo mismo, la "Ciudad de la Luz".

Más feliz pa' onde...

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