domingo, junio 27, 2010

"CREED QUE NO HACEÍS NADA Y LO HAREÍS TODO", SAN ANTONIO CLARET

.....
FOTO PARA LA HISTORIA. Al centro, en Quibdó, Chocó, Colombia, el sacerdote claretiano y maestro de músicos Jorge Isaac Rodríguez Martínez. Abajo, segundo y tercero a la izquierda, Jairo Varela Martínez y Alexis Lozano, dos destacados músicos de la escuela que hizo este sacerdote llegado en 1.935 de Vic, España.



Contamos la historia de los más grandes salseros  jamás existidos en Colombia, cuya música han bailado millones de personas en ese país y alrededor de mundo. Aunque la mayoría de sus seguidores desconocen el origen de tanta virtud, ella tiene una explicación: talento y un cura español.

OIGA, MIRE, VEA




CALI PACHANGUERO

Por: Héctor Sarasti
Periodista de EL COMENTARISTA
España.




"OIGA, MIRE, VEA"


(Entra guitarra, sólo acorde introductorio, se rasga)
Si huele a caña, tabaco y brea /
(Acompaña la voz, en solitario, una clave de percusión en 3/2... pam...pam...pam ..pampam.)
Usted está en Cali, ¡ay!¡mire!¡vea! /
(Suena breve piano electrónico...)
Si las mujeres son... lindas y hermosas /
Aquí no hay fea, para que vea /
(...Entra la orquestación...)
Mi Cali se está arreglando para mi fiesta más popular /
Con caña dulce, el melao, hierve en la paila hasta amanecer /
Habrá corrida de toros y, por la noche, fiesta y rumba /
En Cali, ¡mirá!, ¡se sabe gozá! (bis) /
De día su sol ardiente hace que mi Cali se caliente /
De noche sus callecitas con sus farolitos se ven bonitas... /
Afinen bien las orquestas que este año si vamo’a reventá...
...
(Canción: “Oiga, Mire, Vea”. Autor: Saturnino Caicedo Córdoba. Arreglos musicales: Alexis Lozano Murillo. Organización musical: Guayacán orquesta)
---------


"CALI PACHANGUERO"


(Entra orquestación, base musical en armonía de trompetas en “Sí” sostenido y trombón que responde en “Do”...)
“¡Cali pachanguero!, ¡Cali luz de un nuevo cielo! (bis)/

De romántica luna, el lucero que es lelo /
de mirar en tu valle la mujer que yo quiero /
Del jilguero que canta, calles que se levantan /
carnaval en Juanchito todo un pueblo que inspira /
Es por eso que espero, que los días -que lejos- /
cuando dure mi ausencia, sabes bien que me muero /
todos los caminos conducen a ti /
si supieras la pena que un día sentí /
cuando en frente de mí tus montañas no ví.../


(Canción: “Cali Pachanguero”. Autor, compositor y arreglista: Jairo Varela Martínez. Organización musical: Grupo Niche.)

El sacerdote español, de origen catalán, Antoni María Claret i Clara escribió hace 150 años en su “Autobiografía” pormenores de lo que había sido su vida para dar testimonio y ejemplo de conducta a quienes creyeran en sus ideas y en su obra. Hechos que eran, fundamentalmente, ayudar al necesitado. Y en tal sentido no aró en tierra infértil, al menos, por lo que se desprende de lo hecho por uno de sus seguidores…

¿Y a juro que usted lo ha vivido pero jamás enterado?...


Cincuenta años después de muerto Claret i Clara, el 13 de febrero de 1935 llegó un joven sacerdote de esta congregación, nacido en la población de Santalla del Bierzo, hoy Comunidad de Castilla y León, norte de España, llamado Jorge Isaac Rodríguez Martínez a la ciudad de Quibdó, occidente de Colombia, para seguir lo enseñado por Claret, haciendo de la educación musical la forma de existir y sentir la vida para decenas de jóvenes cuyo futuro era más que incierto por las condiciones extremas de marginación, como es el que producen la pobreza y el racismo.

Para el grueso de las personas en Colombia y otros lugares, Rodríguez Martínez es un anónimo del que ni siquiera se tiene noticia que existió pese a que millones se han ‘divertido de lo lindo’ con lo que hicieron y hacen sus alumnos, a los que enseñó música en la catedral de la capital chocoana, particularmente música religiosa, entre otros, los cantos gregorianos.

Él les dio los fundamentos de la creación musical a unos infantes descendientes, en su mayoría, de negros de África, llevados como esclavos hacía el año 1.600 desde los míseros territorios poblados de tríbus de la costa occidental de ese continente (lo que es hoy Ghana, Nigeria, Angola, Senegal, Liberia y otros países) hasta el Nuevo Mundo: Norte, Centro y Suramérica. (Nota: EL COMENTARISTA no usa en eufemismo “afrodescendiente” como no llama comúnmente H2O al agua.)

Pasados los siglos, Rodríguez llegó con otros sacerdotes católicos a esas tierras por envío de la “Congregación de los Misioneros del Inmaculado Corazón de María”, o claretianos, e hizo lo propio que su inspirador, entre otras cosas, hablar menos y hacer más. Y en su hacer, era el rigor lo que exigió a sus “hijos” que en no pocas veces conocieron el carácter fuerte, reglazo en mano, del sacerdote cuando les daba por hacer menos o más de lo que él exigía. Algo que, según lo declarado por ellos, los formó “porque el curita ese si se emberracaba cuando nos daba por embarrarla”.

Algo que miran en la distancia hasta con afecto, como una anécdota más, ya que con el pasar de los años quienes vivieron esa época con el curita “malaleche” conservan el agradecimiento por lo que logró en ellos. Lo demás, ya fue y es problema de cada quien de cómo ha llevado su vida. Lo fundamental fue que les dio un norte.

La organización religiosa, fundada por Claret y otras 4 personas el 16 de julio de 1.847 en el Seminario Mayor de la población catalana de Vic, España, 12 mil kilómetros más allá de donde surgió esta real y muy comprobable historia, enviaba personas entregadas a las creencias católicas en calidad de misioneros que, en no pocas veces, dejaron su vida en esas selvas. Tal es el caso de dos que llegaron con Rodríguez Martínez.

Dicha entidad religiosa asumió el mando de la diócesis de Chocó en 1.909 por comendación del Vaticano y, en consecuencia, remitía a los suyos a “evangelizar” allí, entre ellos, a la citada persona que era conocedor de la música, por vocación y por una sólida formación en ese campo que aplicó a la hora de “quitarle almas al demonio” y “darlas a Dios”, curioso reduccionismo entre el bien y el mal que describe Claret i Clará en su “Autobiografía”. (Les volteo la arepa: catalogación elemental de origen religioso, definición sencilla sin entrar en matices, manera de ver las cosas sin tanto adorno...¿ya?... bueno, arría, pues, Gumersindo Agapito la mula coja que ahora es cuando nos falta camino home... )

A su manera, Isaac logró labrar en muchas de esas personas lo que se cultivó en el futuro, el presente de hoy, muy distinto al pasado esclavizado de sus ancestros, cuando capturados en los países costeros de Africa eran trasladados, primero, a la isla de Goré (hoy de Senegal), metidos a la no menos tétrica e indolente “Casa de Esclavos” de ese lugar, divididos para que no hubieran familias juntas, y de allí embarcados en naves inglesas, francesas, portuguesas, holandesas, danesas o españolas rumbo a trabajar cortando caña, buscando oro y platino, abriendo caminos, cargando, construyendo murallas de defensa militar (por ejemplo, en La Habana, Cuba; en San Juan, Puerto Rico; en Cartagena de Indias, Colombia...) y haciendo toda clase de oficios que el indio nativo no podía hacer, entre otras cosas, por el descenso del número de ellos debido a las pestes o a las guerras con los recién llegados.

Así fue y así lo cuento y a este negro que lo esculquen...oh perdón ¿qué escribí por Dios bendito?, ...hablemos bonito... ¿Afrodescediente?...

Hombre, no me jodan, negro y más ná...

¿Y CÓMO LO HIZO?

A Cartagena de Indias, norte de Colombia, arribaban naves de diferente tamaños, entre ellas, las que despectivamente llamaban “negreras” abarrotadas por originarios de tribus africanas. De 20 millones de negros sacados de África, hubo 120 mil que quedaron a expensas de los “tratantes” que los remitieron a lo que hoy es Venezuela, Ecuador y Perú.

Y un porcentaje, aún no establecido, quedó en esa zona para trabajar. Entre muchas cosas, levantando el Castillo de San Felipe que está en el cerro de La Popa, en Cartagena de Indias. De donde, valga citar el caso, logró huir Benko Biohó, el primer huído de los esclavizadores quien salió ‘ventiaó’ apenas pudo y se hizo fuerte en una zona que es hoy los Montes de María, montando una empalizada, de la que no se dejó sacar ni a trabucazo limpio.

Cuando hubo gente suficiente para hacerse respetar llamaron al sitio "San Basilio de Palenque" y muchos de ellos son los mismos que hoy en día se ven en las playas cartageneras diciéndole a los turistas: “Ajá, cachaco, cómprame la almeja que la tengo barata” o "Doña le hago las trencitas a lo "Shakira" de baratón y vaina” o “Mi llavería te alquilo la moto de agua ésta que vuela” o “Mi amod, este pechito sabrosón es negro podque arde pod dentro, mami!”.

Llevados por los colonizadores, otros debieron remontar el Río Atrato, desde su desembocadura en el Golfo de Urabá y trabajar la minería en medio de la espesa selva tropical. Pero, todo acabó con el trasegar de los siglos, quedando estas gentes, allí, lejos de todo y cerca de nada...

Ya en el siglo XX, escuchando por aquí y por allá, el joven Isaac Rodríguez reunió un grupo de menores que no pasaba de la niñez, Una vez elegidos les enseñó la base de la música: lectura y escritura musical, ejecución de instrumentos, composición musical y otras temas teóricos y prácticos que él, a su vez, había aprendido en el Conservatorio Musical de Madrid.

Por su conocimiento musical, muchas de esas personas pudieron ingresar en conservatorios musicales en ese país y viajar al exterior para profesionalizarse o enseñar. Y de ellas un buen número se dio a la tarea de interpretar “Salsa”, la de mayor calidad que se tenga conocimiento en Colombia, afirmado esto, desde la creación, composición e interpretación científica del arte musical y no sólo desde las habilidades innatas de muchos para organizar armónicamente los sonidos del son cubano, el guaguancó, el latin jazz, el chachachá, la charanga, el mambo y todo lo que se supone está bajo el paraguas de “Salsa”.

Así, estos chiquillos no sólo dieron nuevos aires a las “chirimías” y otros ritmos propios. Pasaron de talentosos músicos innatos a ejecutantes de música con formación en esa área. Y uno de los resultados fue que, algunos de ellos, lograron mezclar las conocimientos musicales dados por el cura Rodríguez con esa música nacida en los barrios latinos de Nueva York y que ha tenido una larga lista de exponentes de trascendencia que por no ser motivo de esta crónica no se citan.

ANECDOTAS...

-Padre, tenemos un problema con esta partitura...
-Decidme, ¿Que os pasa hijos míos?
-Vea padrecito es mejor que usted la toque y se dará cuenta, a nosotros no nos cuadra ejecutar las notas, están como enredadas… ¿Por qué será?
-Veamos, hijos, para el Señor no hay nada imposible...

El sacerdote Rodríguez recibió de manos de uno de sus discípulos la hoja con el pentagrama de una melodía, que firmaba un tal Richie R., la cual le dijeron se la enviaron “unos conocidos de Nueva York”.

En ese momento todo era silencio en la Iglesia Mayor de Quibdó, Chocó. Los alumnos que el sacerdote había formado desde niños, con rigor y celo para y por el Señor, ya se habían crecido e iban ya por la adolescencia, por lo demás, con las picardías propias de tan incipiente edad.

El sacerdote tocó lentamente los arreglos mientras los chicos, silenciosos, aguantaban como mejor podían la risa para no estallar en carcajada. Pero, ya en plena carrerilla interpretativa del cura y resonando a toda tecla el piano por los cuatros costados del templo, el ejecutante se percató de la jugarreta que le acababan de gastar los que serían, años después, los más grandes cultivadores de salsa académica que jamás hayan existido en Colombia.

-"¡Hijos del demonio!, ¡Iros a confesar, desgraciados, que esto es música del diablo...", la furibunda reclamación del sacerdote Rodríguez hizo que los circunstantes, ya habiendo roto en risa, callaran, pero que se desternillaran de dientes hacia adentro por lo acababan de hacer. Lograron que un celoso defensor de la música eclesiástica tocara el “Sonido Bestial” de Richi Ray & Bobby Cruz, una de las canciones salseras de mayor renombre, uno de los grupos en su momento que dieron seña de identidad a este género musical.

Quienes presenciaron los acontecido guardan este hecho como un detalle pocas veces contado de alguien a quien veneraron, veneran y veneraran por los tiempos de los tiempos: El Padre Isaac Rodríguez. Y que por cosas, le narraron hace años a este su redactor que un dio cualquiera le dio pies a esta verosímil historia.

El Padre Rodríguez murió en Quibdó el 23 de diciembre de 1988. La Diósesis de Quibdó publicó una biografía, que esperamos leer con detalle algún día... (¿verdad, Ana María Arango?...)

ALGUNOS ‘HIJOS’ DEL CURA...

Neivo de Jesús Moreno Becerra: (1953, Quibdó, Chocó – 2009 Quibdó, Chocó) Músico profesional, fundador de escuelas de bandas musicales del Chocó, director orquestas y bandas, “Gran maestro de la música del Chocó 2009” y otros reconocimientos. Dirigió la orquesta nacional de Colombia “Batuta”, incluida en el programa estatal del mismo nombre que forma hoy a 40 mil jóvenes en música.
Alexis Lozano Murillo: (1.951, Quibdó - ) Músico, arreglista musical, ex director e integrante del Grupo Niche, y fundador de las orquestas Guayacán Orquesta y Guayacan del Ayer.
Jairo Varela Martínez: (1.949, Quibdó - ) Mecánico de carros, reparador de muebles, excelente guitarrista, virtuoso compositor, arreglista destacado y músico de profesión. Gestor del Grupo Niche.
Cecilio Lozano Murillo: (1.950, Acandí, Chocó – 2010, Medellín, Antioquia) Músico experto en la ejecución del bombardino, trombón, guitarra, tiple y bajo. Fundador de bandas de Chirimía y director de su grupo “El Negro y su Élite” hasta su reciente deceso.
Saturnino “Nino” Caicedo: (Quibdó, 1950) Ingeniero metalúrgico, compositor de importantes obras y arreglista estrella de la música salsa en Colombia.
• Y de allí para adelante excelsos músicos de desconocida pero brillante trayectoria como Leonidas Valencia, César Córdoba, César Murillo, Octavio Panesso…que perdonen a EL COMENTARISTA pero “no hay cama pa’ tanta gente” …

¿QUE DECÍAN DEL CURA?

Entrevista dada a la antropóloga Ana María Arango, experta en temas del Chocó hace algunos años y contactada por EL COMENTARISTA para tales fines.


Ana María Arango: “Volviendo a lo del padre Isaac, ¿qué diferencia hay entre los músicos que aprendieron con el padre Isaac y los que no?
Cecilio Lozano Murillo: “Cuando llegan los españoles, uno de ellos el Padre Isaac, el pionero de esta temporada de músicos, porque con él aprendimos mucho y hemos sido ejemplo. Es decir la diferencia que hay entre los alumnos que no han sido del Padre Isaac es que nosotros hemos sido modelo para muchos estudiantes de música, muchos aficionados, muchos músicos hoy en día, porque él nos enseñaba el sistema con todo. Iba incluida la lectura, la escritura, etc. y los músicos de hoy en día ya no… ellos aprenden así y ya no quieren aprender la ciencia sino el empirismo… Hay que mezclar el empirismo con la ciencia. Entonces bien se conjuga eso y ya se forma una riqueza musical porque se combina la música callejera con la música de escuela. Entonces eso produce un impacto que es totalmente diferente eso produce una diferencia entre quienes fuimos alumnos del padre Isaac y los que no lo han sido…”
Neivo Moreno: “La música me llegó del cielo a los siete años. El enviado fue el maestro Isaac Rodríguez, faro de los grandes músicos chocoanos. Ese me encontré la pasión de mi vida. Rodríguez me escuchó cantar y llevó al coro de la Catedral. Años después dirigí la banda Municipal de Quibdó y a los 19 años ya era su director. He sido experto en los instrumentos de viento (aerófonos)... hay que dedicarle más tiempo en las escuelas para enseñarles a los niños sus raíces". Neivo viajó mostrando la cultura de su tierra a diferentes países. "En especial recuerdo la gira en la que dirigí la orquesta de Batuta por Italia. Fue hermoso ver cómo los italianos se maravillaban con nuestra música".

¿Y DE JUANCHITO, QUÉ, VÉ?
...

EL FAMOSO PUENTE DE JUANCHITO, en las afueras de Cali, Valle del Cauca, Colombia.

Del famoso “Juanchito” , que citan las letras de muchas canciones de la salsa caleña, se pueden escribir miles de historias y no acabar nunca de contar. Indicamos que recibe el nombre por el barquero “Juancito” o “Juanchito” quien por allá a comienzos del siglo XX transportaba a la gente de una orilla a la otra, cuando aún no estaba el cantado puente. Desde entonces ha sido un no parar entre música salsa, bailadores y vivencias en esas discotecas levantadas para goce y disfrute de los salsómanos.

Y, por mostrar que es de vieja data la eterna fiebre de “Juanchito”, valga citar el caso de uno de esos bailadores, allegado a EL COMENTARISTA, a quien le acontecían 'extraños fenómenos' una vez estaba “Del Puente para allá” y a quien identificaré como “Tío Germán”, el que a comienzos de la década de los sesenta se la pasaba en ese templo de la salsa del pacífico colombiano muy presto y muy majo, con corbata negra a la moda y pantalón bota campana …

Y esos fenómenos se remitían a que, por razones jamás confesadas pero si deducibles, las baldosas de las bailaderos de “Juanchito” le brillaban los zapatos por debajo, las mesas le rompían los codos de las camisas, las luces de los locales le inyectaban los ojos de sangre hacía la madrugada, y no se diga ya de día, y su tracto aerofágico expelía a altas horas, al hablar o simplemente respirar, un fuerte olor a caña molida devenida en alcohol.

El ambiente de “Juanchito” se lo tragaba literalmente hasta dejarlo exhausto.

“La caída de la hoja”, “el pasito tun-tún”, “el pa'lante pa'atras” y toda una serie de pasos lo convertían, delante de quienes lo conocían, en el Rey del Mambo de “Juanchito”. Menudas pachangueadas se pegaba el hijo de Isabel y Rafa, (¿Verdad, 'shinvergüenchón'?) las que quizá recordará hoy con una sonrisa cuando lea a este hacedor de letras, correveidile de historias, que lo harán volver al “... yo también tuve 20 años / que en mi vida florecieron...”, eso si ¡rascao pero bien rascao! (A mi no me digás nada, ¿oís? Andá decíle a tu hermana, pues, que es la que anda cascando e'vos, pero contáme, Germán, ¿Yo a vos no te conocí en Palmira vé?. Firmado: Minaneino).


Ah, decir que en casa del incriminado no podía caerse la tapa de una olla en la cocina ¡porque sacaba hasta pareja!

Hasta aquí, señores, lo que se daba gratis y recordar que:


"Fluctuat nec mergitur". "Batido por las olas pero no hundido".

--------------------------


--------------------------------
HISTORIA EN FOTOS


Nevo de Jesús Moreno sufrió una hemiplegia en sus últimos años. La consagración la músical de esta persona lo llevó a dirigir importantes orquestas en Colombia y a enseñar lo que el sacerdote Isaac Rodríguez le inculcó en su niñez, lo que él perfeccionó. Aquí en la puerta de su casa en Quibdó, con su madre. Falleció en 2009.
-----------------

Cecilio Lozano Murillo. Experto en la ejecución de instrumentos de vientos, como el bombardino, el clarinete, la trompeta y otros. Estudió música en sus inicios con el sacerdote claretianoIsaac Rodríguez. Falleció recientemente. Hermano de Alexis Lozano fundador de Guayacán orquesta.
-------------------------------------------


Alexis Lozano toca la guitarra eléctrica en un concierto con jóvenes que se preparan en ese arte. La versatilidad de los músicos de esa generación, enseñados por Rodríguez, se basa en la magistral ejecución de diversos intrumentos sean de cuerda, de percusión u otros. La exigencia del cura español dejó de arreglistas, compositores y ejecutantes de alta calidad. Al que quiera más ¡que le piquen caña!


---------------------------------------------------

Nino Caicedo, (a la izquierda) y Jairo Varela (derecha). Dos músicos que recibieron parte del legado del misionero en cuestión. Los problemas judiciales de Varela no obstan para reconocer su invaluable talento.

--------------------


SEMINARIO, EN VIC, donde se fundó la Congregación Claretiana. De aquí partió en 1.935 en sacerdote que enseñó música a muchos en Quibdó, Chocó.
------------


Departamento del Chocó, limítrofe con Panamá. Zona selvática de la que parte de su población descienden de personas esclavizadas llevadas desde las costas occidentales de Africa, desde el Siglo XVII.
--------------------



Vic se ubica a la derecha de este mapa, en la Comunidad Autónoma de Cataluña. (Verde claro). Allí quedaba el Seminario de los Claretianos que funcionó hasta 1.947. En 1.935 partió de allí el cura Rodríguez. Había nacido (a la izquierda) en la Comunidad de Castilla-León, en su capital, León.




TORERO

 VESTIDO BONITO


1 comentario: